lunes, 9 de diciembre de 2013

Fluir sin pretensiones...

Sabes aquello que se dice de que "La ignorancia es la felicidad"?... un imposible de mantener, puesto que no puedes escapar a hacerte aunque sea, algo sabio... Parece un sinsentido... lo típico! cuanto más busco menos encuentro, cuanto más quiero menos tengo, cuanto más anhelo o deseo, peor me encuentro, más triste estoy... etc. Cuidado! Algunos consiguen lo que quieren, anhelan o desean! pero conseguir escaparse de clase, por poner un ejemplo, evadirse de lo necesario, no nos evade del sentimiento tras suspender el examen... Pongo este ejemplo, por que en la vida, los exámenes no vienen con fecha, pero más tarde o más temprano, ella nos sorprende con uno, verdad? quien no ha saltado de emoción, o ha sido sobresaltado por sus emociones, en un momento que no esperaba? un cambio?... sabemos que no todo es blanco o negro, pero que según el tono, un gris muy oscuro o muy claro, puede llegar al extremo. Todo esto para acercarnos a la idea de que, desde una mentalidad analítica, el color es inexistente... Solo hay tonos y claroscuros. Pero la vida tiene muchos colores, y quien abre los ojos, desde una mente sin tabúes, lo ve desde el minuto uno. Nadie puede escapar a la evidencia de muchas cosas, pues la verdad está ahí y es para con nosotros, estemos o no de acuerdo, se ajuste o no a nuestras comodidades, intereses o preferencias.
De nuevo, ignorar, es una carrera a contra reloj y es con, o contra nosotros mismos, desde el momento en el que no deseamos enfrentarnos a lo que sea que nos concierne. Podemos probar o no, pero la vida sigue y el tiempo nos alcanza.
Para mi, la única ignorancia, es aquella a la que nos forzamos, es decir, por miedo a ser infelices o a perder lo que tenemos, y en definitiva, por miedo a cambiar... otro imposible al que nada ni nadie escapa.
Aceptemos lo que sabemos y vayamos a favor de la vida y sus cambios constantes...
Es muy probable, que cuanto menos te encierres en tu mente analítica e ideas, más puedas escuchar tu propio ritmo, los cambios... y que, sintonizar contigo mismo, equilibrando todo tu ser a favor del presente, sea cuestión de fluir...
Aprende a estar abierto a adaptarte... A necesitar menos forzarte, haciendo más cercano el fluir...
Por consecuencia de la no presión, las resistencias se harán menores, su aparición o ausencia, más presentes...
Nota, siente y experimenta lo natural, con atención plena en el todo y en los detalles...
Aprende a estar y a reconocerte cuando fluyes, por que lo haces cuando menos piensas... a pesar de querer, el saber, es lo que en el presente no puede hacerse, solo aparece y se aplica, o no aparece y entonces uno recuerda después, que tiene que seguir estudiando.
Cada instante es y será nuevo, por mucho examen al que te propongas exponerte. Propónle a tu mente, fluir, estando atento a los cambios y a lo que sucede dentro y fuera de ti. Se partícipe del verdadero saber, que es estar atento, y de la verdadera ignorancia, que es evadirse, escapar a la verdad... puede que eso te haga, sin tantas ideas, sin tanta supuesta sabiduría o necesidad de ignorar... Pacífico, tranquilo, amable y feliz, sin esfuerzos desmesurados... sin demasiadas pretensiones.

domingo, 17 de noviembre de 2013

La gloria es conocerte amigo mío...

Estamos rodeados de mucho trash, si, pero de nosotros depende... Quien te obliga a la ira? Quien te anula lo suficiente para repetir lo mismo de siempre? Tu persona? Los demás? Tu pasado? No importa... Has de saber que la última palabra la puedes tener tu. La gloria te esta esperando, del mismo modo que a todos... El dominio de ti mismo, comienza por dejar de reaccionar y de actuar como siempre, para comenzar a observarte y a conocerte. La gloria es tuya amigo... Es contigo mismo todo el tiempo con quien convives, hasta el fin de los días. No te atrapes, fluye, pero se atento... Simplemente, se, y cuando te caces poco a poco, y te des cuenta de tus absurdos, no esperes, ni desesperes... Calma, si no puedes observarlo desde dentro (sentarte y cerrar los ojos), simplemente calma y adopta una nueva postura, más pacífica y tranquila respecto al suceso. Poco a poco, tu puedes cambiar tu vida, no lo olvides.

Silencio...

Adoro el silencio mental... cuando me encuentro en el, todo es aprender disfrutando de cualquier cosa, por insignificante que sea, pues se magnifican los detalles y los aprecio sin necesidad de voluntad o esfuerzos ya conocidos... puedo apreciar, más allá de lo que pueda pensar, creer o imaginar, cosas que a penas he visto, o que nunca vi, pero sorprendentemente nunca han dejado de ser así... El silencio es el mejor amigo, de la atención.

La calle...

En la calle no hay disciplina, sólo sentimientos. En la calle se junta todo, pues no hay reglas, y las ciencias no son exactas. La calle es un torrente de ir y venir, un constante flujo cambiante de cosas, personas y artes de todo tipo... Hay tanto de negro y de blanco juntos, que así termina la urbe, con un tono gris, al que llamamos polución. Un humo que a todos los rincones llega, y que no es más que la mezcla de toda la basura que generamos entre tantos descuidos... La calle, enseña, pues en la calle uno se pierde, y entre tanto extravío, muchas cosas encuentra. La cuestión es para todos la misma, encontrarse a uno mismo, y liberarse del auto engaño... De la ilusión de la mente, y vivir al día, sin demasiados excesos, sin demasiadas tonterías. No hay nada como abstenerse de lo absurdo por más que guste, y entonces verlo desde fuera, desde la distancia, desde uno mismo y limpiamente... Es entonces cuando vemos, es entonces cuando observamos y la lectura que hacemos no esta embalsamada, en la melaza de nuestras tonterías... Aquellas que surgen en cada flipe nuestro, en cada motivación extra con lo desconocido, esa capacidad de crear mundos sobre lo que estamos viendo, haciendo de ello todo lo que queremos que sea, sin serlo... Creándolo, creyéndolo. Esa fe ciega en lo que visualizamos, que se entremezcla con lo que ya es, y dejamos de ver para soñar, pues lamentablemente es lo que nos estimula, y sobre estimulados comenzamos a activarnos y a llamar amor a eso, sólo a eso, y con eso nos quedamos, cuando con el tiempo la emoción se apacigua, y la verdad sigue golpeando a la puerta... El presente. Cuantas mentes caen en el abismo de los hábitos dañinos, en atontar sus mentes con sustancias para no recordar o no pensar, o para sentir sobre estímulos fisiológicos que posteriormente los harán sentir lo contrario?... Síndromes de abstinencia, tristeza y un cúmulo de sentimientos de desdicha. Cuantos se pierden en la calle y cuantos se encuentran? Somos seres diversos, y la calle es nuestra casa, la de todos y la de nadie. Las calles son venas y nosotros la sangre... Hazte a la idea, pues por cada uno de nosotros, lo que corre va para bueno o en el corazón, que es la nación, los problemas se encuentran... Día a día, hacemos esto lo que es, ha sido y será... La calle y sus consecuencias.

miércoles, 13 de noviembre de 2013

Ama...

Enamórate, cambiando dependencia por conciencia, es decir, no desunas cabeza y corazón, pues estar tieso como un robot no es menos malo que perder la cabeza y con ella, tu auto-conocimiento previo. No hablo de intelectualísimos, si no de tu experiencia de ti, de lo que eres pues sabes que eres. Cambiar esta bien, y no paramos de hacerlo a menor o mayor escala, por ello aprendemos y seguimos ampliando nuestra concepción de las cosas, la realidad... Pero lo único que te pido es que no seas presa de tus propios procesos fisiológicos. Que sí la cabeza, fría, y calculadora esta en su lugar, enamorarse será mucho más exitoso. Observa y aprende, pues el amor es maravilloso, y muy poco sabemos de el, por vivirlo sin previo aviso, y lo que es peor, sin conciencia de nuestro equilibrio interior. Ama y vive, la experiencia es la madre de todas las ciencias.

martes, 12 de noviembre de 2013

Los motivos...

Usamos los motivos... Los hacemos lo que somos, o como nos comportamos. Los hacemos culpables de lo bueno y de lo malo, sin reparar u ocultándonos tras ellos. Puede que ello nos haga quedar ante los demás como víctimas, o como personas de gran humildad por quitarnos mérito a nosotros y dárselo a los motivos... Pero lo que es seguro y a veces pasa en milésimas, es que reaccionamos así la mayoría de veces ante los motivos, por una especie de interés o por la ignorancia. 
Usamos la razón para explicarlos y dar fuerza a la creencia de que ellos son, el motivo por el cual estamos de buen humor o apagados, y es que obviamente formamos parte del entorno, el nos toca y nosotros lo tocamos. Pero sin duda, un ser capaz de observar lo que observa, es decir, así mismo, es capaz de seguir siendo observador sin caer en la trampa del motivo... La emoción no es el accidente que observamos, la noticia en la televisión que se esta anunciando o el monólogo que estamos viendo, por lo que el motivo no lo es todo. 
Nosotros añadimos a lo que sucede la emoción, y con ella en suma, desarrollamos lo que se supone somos, nuestra opinión respecto a lo que en segundos pasa fuera y dentro de nosotros... pero al pasar la vida entera mirando hacia afuera, señalando a lo externo, no nos damos cuenta de que toda información y su procesamiento, es cíclico, y antes de desarrollar nuestra opinión de los hechos, hay partes del camino que nos perdemos... Reaccionamos tan rápido y por hábito, que nos creemos el camino fácil y corto, el que hemos hecho siempre... Y luego nos tiene que venir alguien, desde fuera, alguien en quien confiemos por el o los motivos que sean, y que nos pille abiertos a escuchar, de buen humor por que nos ha pasado algo o abiertos a aprender por que por lo que nos pasa, lo necesitamos... Que venga y que nos diga con sus palabras, (arriesgándose a convertirse en motivo también), lo que en el fondo esta, pero no nos tomamos el tiempo a observar por nosotros mismos.
"Mira, tus motivos pueden ser razón para que en ti brote una sensación e incluso se desencadenen una serie de pensamientos, pero pasara... Y si te agobias demasiado, te enfadas demasiado o lo que sea, demasiado... El demasiado nunca es el motivo, si no como uno reacciona ante el, lo trata y lo desarrolla." La mente atrapa el suceso que observa, pero de ella brotan muchas cosas que por hábito llevamos años haciendo. Condicionados a nuestra personalidad, damos por hecho que los sucesos son los motivos de nuestra desdicha o nuestra alegría, y sin quitarle razón a su influencia que es verídica, no sólo son ellos... También somos nosotros.

jueves, 31 de octubre de 2013

Mundo de pertenencias...

Mundo de pertenencias, de ti me libero... Sólo el miedo puede frenarme, pues la razón y la experiencia me obligan a superarte en esto... No hay marcha atrás, eres demasiado lastre... Por ti peco, por ti fallo, por ti vivo atado a pensamientos egoístas, pensamientos de vidas ajenas, de reacciones ajenas, de situaciones que viví y ahora son nuestras... Pues yo también me apropio de ellas. Eres una tendencia, que no me suele ayudar... Pesadilla que repito, hábito que resurge, una vez y otra, en el tiempo... Te alimentas de mi, pues eres fácil para mi... Te dejo hacer y te haces grande y sólo falta que otros me animen a enfadarme o a tener miedo de no tener, de no tenerte, de no apoyarte a ti y a tus ideas... Eres la ilusión en un día nublado, y la queja en un día soleado... Si te detesto, te repito... Si no te quiero, te necesito... Eres la condición que atrapa y no suelta, que aún teniendo desconoce, pues se acomoda con lo que se queda, miedoso de mi, me provees miedo con tus audaces pensamientos... Poco a poco, de ti me desentiendo, pues observando te comprendo, te veo, y sólo el tiempo te hará marchito y débil, pues la vida es más eterna que tu... Mi pequeño, sutil y efímero, mundo de pertenencias.